Después de la reunión [Libree]

Después de una muy peculiar cena en la mansión de los Capuleto, Angela me ostró mi habitación y después se despidió.
Le agradecí con una sonrisa y me adentré a este maravillada por el excelente gusto, tomé asiento en la enorme cama y me acosté con una amplia sonrisa.
Me alegra saber que Zam y Angela estaban bien
Escuché unos golpes en la puerta.

-Pase...- dije sin preocupación

Una ves que sali de la mansión me quede hablando con los tipos de seguridad, todo estaba muy nublado y era mejor irme antes de que comenzara a llover. Entre al auto tranquilo y en ese momento me llamaron por unos negocios… dios era de madrugada… suspire y me baje del auto para entrar otra ves en la mansión y revisar unos papeles. Luego de media hora mas o menos termine todo y cuando me dispuse a salir un fuerte relámpago se escucho y las gotas comenzaron a invadir todo afuera…

Genial…

Suspire y volví a la cocina donde me serví un vaso de agua y me quede mirando por la ventana la tormenta desatarse, cuando me voltee me tope con la mucama con la cual me quede hablando un rato la cual me dijo que Elena se había quedado por lo que sonreí… bueno podía buscarla y hablar con ella para pasar el rato. Una ves que la mujer se fue a dormir tome dos copas y una botella de champan que había en la heladera, tome una barra de chocolate y subí con esas cosas hasta las habitaciones donde toque la puerta. Una ves que recibí la autorización para entrar gire el picaporte y entre en la habitación mirándola allí acostada con una sonrisa… luego cerré la puerta…

Veras… me dijeron que te quedaste, y como me retrase no pude irme a causa de la tormenta… te importaría charlar un rato? Digo… para pasar el tiempo jaja.

Una gran tomerta comenzó a escucharse afuera, suspiré. Con el frío de Rusia ya se me había olvidado incluso como caía la lluvia, pero lo que detestaba eran los truenos y relampagos. Me estremecí ligeramente.

La sorpresa se disimuló en mis ojos al ver que era Guillermo quien había entrado, sonreí ligera y miré las cosas que traía con él. Una botella de champgane, dos copas y una barra de chocolate
Escuché lo que dijo y asentí con la cabeza.

-Claro Guillermo, pasa- accedí con alegría.

Al parecer no le molestaba que la allá ido a visitar a esas horas por lo que sonreí y camine hasta la cama para quitarme los zapatos y sentarme cruzando las piernas como una canasta a su lado mientras dejaba las copas y la botella junto con el chocolate en la mesita a mi lado. La mire con una sonrisa picara y descorche el champang, serví de el en las dos copas y le di una mirándola a los ojos.

Brindamos?... Por que nos llevemos muy bien juntos…

Le dije mirándola directamente a los ojos llevando mi copa a la suya esperando a que ella la chocara con la mia.

Miré como se acomodaba en el gran cuarto en silencio. Enarqué una ceja cuando me sonrió de manera pícara.
Tomé mi copa y la choqué con la de él.

-Salud- dije mientras la llevaba a mis labios y beber un trago de la misma.

Choco su copa con la mía y sonreí bebiendo un poco para luego poner el chocolate ente medio de los dos para que lo abriera… ninguna rusa podía resistirse al chocolate, en las temperaturas bajas servia mucho.

Sabes Elena, me gusta tu forma de ser tan tranquila y sabia… no tomas nada a la ligera y eso es muy bueno.

Le dije mirándola a los ojos mientras me acomodaba frente a ella bebiendo un poco mas de mi copa.

Observé como colocaba el chocolate en medio de nosotros. Para mi gusto el chocolate amargo era el mejor de todos. Yo tenía la suerte de poder saborear algo que muy pocos sabían degustar.

-¿Puedo tomar?- pregunté refiriéndome al chocolate que se veía extremadamente exquisito.

Escuché lo que dijo sobr mi caracter y le sonreí agradecida.

-Gracias Guillermo, mi padre me enseñó a ser así- suspiré con melancolía al recordar a m padre, que en paz descanse

Escuche su pregunta y asentí con la cabeza recostándome a su lado para mirar el techo aun con la copa en mi mano de ves en cuando dándole sorbos. Luego de unos segundos me gire para quedar acostado de costado mirándola allí a mi lado casi pegados.

Después de todo lo traje para ti… Eso si no comas mucho que no quiero sentirme culpable de cuando te duela estomago jaja.

Le dije bromeando con ella mientras tomaba de mi bolsillo una caja de cigarrillos y la dejaba sobre la cama para que no se aplaste.

-Gracias- le agradecí con una leve sonrisa lo antes mencionado, partí un trocito para después degustarlo.

Cerré los ojos ante el saborque se acomulaba en mi boca, era muy agradable. Para cuando los abrí vi que estaba a mi lado recostado, tomé mi copa le dí un sorbo y después miré las paredes de color crema con buen gusto. Comencé a reir ante lo que dijo y pronto se unió a mis risas.

-Ay Guillermo, que ocurrente eres. Dudo que me duela el estómago, ya que en Rusia yo ingiero mucho chocolate- señalé con calma mientras que respiraba hondo.

Escuche su risa y reí con ella para luego callar y mirarla con una sonrisa, era muy linda cuando reia. Bebí el ultimo sorbo de la copa y la deje sobre la mesa que ella tenia a un lado mientras la escuchaba.

Pero estos son… son chocolates italianos jaja Son diferentes, tu organismo no esta acostumbrado.

Dije haciéndome el medico mientras sonreía bromeando con ella, la mire a los ojos y abrí la boca.

Me das un poco?

Escuche como reía y sonreí, sin duda para mi lo mas lindo era la risa de una mujer… me resultaba hermoso y atractivo, tierno, me gustaba mucho y odiaba todo lo contrario, odiaba ver a una mujer llorar… me sentía impotente y tonto sin saber que hacer. La observe cortar un trozo de chocolate para mi y mirarme a los ojos para llevarlo a mi boca, lo atrape pero con el la mitad de su dedo índice mordiéndolo suavemente… La mire y lo aprisione con mis labios chupándolo hasta sacarlo de mi boca.

Umm… valla que esta bueno…

Le dije por el chocolate mientras me recostaba boca arriba saboreandolo.

Alcé una ceja al ver que la mitad de mi dedo indice quedó atrapado en sus labios, sin embargo no comenté nada a respecto, a lo mejor no lo hizo con intencion.

-Si, estoy de cuerdo contigo... Los chocolates italianos son los mejores- pronuncié sin complicaciones, estaba siendo sincera.

Mire por la ventana por primera vez después de que Guillermo ingresara a la habitación, la lluvia no había cesado pero los relámpagos se habían calmado. Cosa que agradecí infinitamente.

Al parecer no le dio importancia a lo del dedo por lo que me deprimí un poco, parecía una mujer seria… y necesitaba sentar cabeza alguna ves en la vida pero al parecer ya tenia a otro persona. Me comí el chocolate cayendo boca arriba mirando el techo, fue entonces cuando la luz de la habitación se apago… bueno la de toda la mansión, había un corte.

Genial… ya volverá.

Le dije tranquilo.

¡Fantástico! La luz se fue, ¿qué más podría pasar? No es que me diera miedo la oscuridad o algo por el estilo, simplemente me ponía ansiosa. Sonreí ligermente ante lo que dijo Guillermo.

-Espero que tengas razón...- musité cerrando los ojos y tratando de ambientarme al la falta de luz.
-Me pone nerviosa no estar con luz- confesé.

Escuche lo que dijo y sonreí acomodándome en la cama apoyando mi espalda en el respaldar de esta quedando entre acostado y sentado, mientras esperaba que pasara el tiempo prendí un cigarrillo dándole una calada y pase una mano por detrás de su cintura abrazándola para que no se pusiera nerviosa.

Tranquila Elena… acaso tienes miedo?

Le pregunte cuando se sintió un fuerte rayo caer cerca, la tormenta comenzaba a intensificarse mas y mas con el pasar del tiempo en ves de detenerse.

Luego de que rodeara su brazo por mi cintura, un gran relámpago hizo aparición, me estremecí ligeramente. Odiaba los malditos rayos, me ponían de nervios.

-Algo, no es que tenga miedo, pero el sonido de las tomertas eléctricas no me es muy agradable- expliqué con una mueca.

Sonreí acariciando su cintura mientras le daba una calada al cigarrillo y la escuchaba atentamente… suspire por lo que dijo y mire por la ventana viéndola iluminarse por cada rayo que caía.

Te entiendo… me quedare con tigo hasta que pase… y cuando vuelva la luz me iré a mi habitación para que puedas dormir tranquila… te pare bien?

Le pregunte sin mirarla, de todas formas no podría ver nada en la oscuridad en la que estábamos, suspire y seguí fumando.

-No pongas de limite la tormeta, quedate hasta que te plazca, lo cierto es que aun no tengo sueño- musité de manera sincera, era cierto. Aun no tenía sueño.

Suspiré de manera involuntaria ante la tormeta, abrí los ojos ambientandome a lo oscuro del lugar.

La escuche y una sonrisa se marco en mi rostro mientras llevaba mi mano a la boca para atrapar entre mis labios el cigarrillo y darle una calada, luego estire un poco mas las piernas y mi mano subió por su cintura hasta su cabello el cual acaricie.

Por mi no hay problema… pero tengo miedo de quedarme dormido aquí y que interpreten otra cosa al amanecer…

Le dije riendo por lo tonto que sonaba mientras escuchaba los rayos caer afuera.

Sonreí al saber que ella había entendido y pude ver su rostro iluminado por uno de los rayos que cayo afuera… Con mi mano acaricie nuevamente su mejilla y luego la lleve a su pelo acariciándolo y desenredándolo con los dedos.

Que hace una muchacha tan linda como tu sin novio?

Le pregunte no tratando de ligar como siempre, ya me había resignado a tener algo con ella, solo era por hablar de algo.

Me encogí de hombros ante su pregunta. Era una gran pregunta no porque me describiera precisamente linda, sino porque... a veces me sentía sola.

-Lo cierto es que no lo sé. A lo mejor es por mi frialdad, mi excesiva calma, o tal vez a lo que me dedico- contesté analiticamente.
-¿Y que hay de ti? Tú y Angela son algo, estoy segura- musité con seguridad. Me alegraba por Angela.

Escuche lo que dijo y suspire, no era excusa para no tener una relación con alguien, le di otra calada al cigarrillo mientras escuchaba lo de Angela y luego lo apague en un cenicero que había allí.

No creo que esa sean excusas para que no estés con ningún hombre… eres hermosa, seria, amigable y buena persona que es lo primordial… Y con Angela no tenemos nada aunque no dudo que alguna ves llegaremos a algo aunque no se cuando sucederá…

Le dije despreocupado recostándome un poco a su lado disfrutando de la lluvia y su aroma.

-Gracias Guillermo, nadie me había dicho cosas de esa... manera- le confesé mirando ahora el techo y solté un suspiro.
-Puede que tengas razón pero pues bueno así es mi vida sentimental por el momento.-sonreí en la oscuridad- Y pues bueno se ve que entre ustedes existe un toque magico- dije aun con la sonrisa, por una facción de segundo pensé que sería lindo tener a alguien así